Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) presentan diversos síntomas dependiendo de qué ETS se trate: llagas en los genitales, secreciones en la vagina o en el pene, picazón, o irritación en el pene, vagina o ano, e incluso síntomas parecidos a los de la gripe, tales como la fiebre o dolor corporal.
Sin embargo, cada uno de estos síntomas, en sí mismos, no son determinantes de padecer una ETS, sino que puede deberse a otras causas o enfermedades. Es más, muchas veces las ETS no presentan síntomas. Por eso la única forma de saber si padecemos una ETS es haciéndonos las correspondientes pruebas, sobre todo si se ha tenido sexo sin protección, o nuestra pareja padece una ETS.
No existe una única prueba válida para todas las ETS, sino que cada una de ellas tiene su prueba específica. Exponiendo nuestro caso al médico que nos atienda, él nos ayudará a determinar qué pruebas son las adecuadas.
Estas pruebas sin rápidas y, por lo general, indoloras. Pueden consistir en un reconocimiento físico( en el que el médico examinará el área genital, para observar si existen llagas, verrugas, irritaciones, etc) un análisis de orina o de sangre, un hisopado que puede ser bucal (raspado con un hisopado en la parte ina de la mejilla) o bien, en el pene, vagina o ano.
Una vez diagnosticada la ETS, casi todas se curan fácilmente con medicamentos. Otras, sin embargo las menos no tienes cura, por lo que en estos casos sólo se tratarán los síntomas, para aliviar las molestias y para evitar su contagio a las personas con las que tengamos relaciones sexuales y llevar una vida sexual normal, siempre claro está que tome las debidad precauciones para proteger del contagio a nuestra pareja sana.
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