En sentido amplio, el aborto es la interrupción del embarazo o gestación, bien sea de forma espontánea o provocado y va seguido de la expulsión del producto gestacional por el canal vaginal.
Aborto quirúrgico. Se realiza en el quirófano mediante una técnica quirúrgica establecida. Generalmente se emplea el legrado por aspiración, en el que, tras dilatar el cuello del útero, se vacía el contenido uterino mediante aspiración, se realiza siempre bajo control ecográfico para mayor fiabilidad, pudiendo utilizarse anestesia local (se administra en el cuello del útero. La intensidad del dolor dependerá del umbral doloroso de cada mujer y de su estado de ánimo) o anestesia general ( mediante la técnica de sedación). En ambos casos la duración de la intervención es de 5 a 10 minutos. La sedación anestésica es muy segura y es la mejor manera de afrontar este procedimiento sin molestias para la mujer que permanece dormida durante el proceso
Aborto Farmacológico. Este método se utiliza de preferencia durante las siete primeras semanas de gestación, la ley exige que se realice en una clínica autorizada para realizar interrupción voluntaria del embarazo .Generalmente es muy eficaz, aunque en un porcentaje bajo de casos, será necesaria una intervención quirúrgica posterior, mediante aspiración en caso de no responder al tratamiento farmacológico, al tratarse de un medicamento, presenta contraindicaciones, que deberán ser valoradas por el ginecólogo. Va acompañado siempre de un sangrado vaginal, que varía en intensidad y que puede durar de 7 a 10 días, así como de dolor de intensidad variable, que cederá espontáneamente También puede presentar nauseas, vómitos o diarreas de corta duración y no necesitan tratamiento especifico.El sangrado puede producirse en el centro médico o en el domicilio.
En cualquier de los casos si la mujer presenta hemorragia y fiebre deberá acudir a la clínica donde se realiza el aborto o acudir a su hospital de referencia, esto puede ocurrir de 1 a 2% de los casos.
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