Durante el embarazo, debido a los cambios hormonales, existe una predisposición a que se produzca infecciones vaginales, aunque no sueles afectar al bebé, con independencia de las molestias que ocasionan en la mujer, tales como picazón ardor, o irritación de la zona genital.
Lo primero que debe hacer una embarazada si observa algún síntoma de una posible infección vaginal es acudir al ginecólogo, que tratará la infección con lactobacilos, unos probióticos vaginales que restauran la flora vaginal, aumentan las defensas y tienen efectos antiinflamatorios. A veces, se requerirá un tratamiento en pareja, dado que el hombre puede estar también infectado.
Una manera sencilla de reducir el riesgo de una infección vaginal es ingerir cada día dos yogures que contengan Lactobacilus acidofilo.
Otras recomendaciones podría ser: cambiarse de ropa interior a diario, y que está no sea de licra sino de algodón; no usar pantalones ajustados; no a los lavados o duchas vaginales o a los desodorantes íntimos, que acaban con la flora vaginal; no tomar alimentos ricos en azúcar o cafeína, que activan el crecimiento de hongos; no permanecer con el traje de baño húmedo, ya que la humedad favorece asimismo los hongos.
En definitiva, si estas embarazada y sospechas que tienes una infección vaginal acude a tú médico para un examén de la vagina, y así evitar que la infección se agrave y pueda afectar tu salud.
0 Comentarios