En España, de acuerdo con la legislación aplicable, la mujer embarazada de hasta siete semanas tiene dos vías para abortar: el tratamiento médico o la intervención quirúrgica. El primero se utilizan fármacos, mientras que el segundo consiste en una aspiración intrauterina con bomba de vacio bajo anestesia local o general.
Según un estudio elaborado por la Asociación de clínicas Acreditadas para la Interrpción del Embarazo (Acai), ocho de cada 10 mujeres en España prefieren el método instrumental para abortar, por considerarlo "más rápido y seguro" y menos doloroso". Las que eligen el farmacológico lo hacen por miedo a considerarlo menos agresivo que la intervención quirúrgica.
Si ha habido algún aborto anterior, el 92% de las mujeres que eligieron la vía instrumental, repite el mismo método, cambiando al farmacológico solo el 8%. Por el contrario, de las que optaron por las pastillas en un aborto anterior, sólo el 47 % volvió a usar este método, cambiando a la intervención quirúrgica el 53% restante.
Según el estudio, el perfil de las que optaron por el método instrumental corresponde a una mujer madura y con hijos, mientras que eligieron la vía farmacológica mujeres jóvenes sin hijos.
Aunque el dolor aparece en los dos métodos, lo sintieron en mayor porcentaje las que abortaron por medicación (un 86%) que las lo hicieron por aspiración (un 82%).
Asimismo, complicaciones tales como embarazo evolutivo o restos ovulares aparecieron en un 20% de las que se utilizaron el método farmacológico, frente a sólo un 0,50 % de las que abortaron por vía instrumental
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