Los peelings químicos actuan como agentes exfoliantes, con una profundidad de penetración específica, promoviendo la regeneración en las diferentes capas de la piel y mejorando a su vez la textura y apariencia de la superficie.
Es un tratamiento mínimamente invasivo que mejora el aspecto de la piel, con combinaciones específicas de ácidos a una determinada concentración que, aplicados por especialistas en medicina estética, consiguen renovar las capas superficiales de la piel para corregir imperfecciones.
El agente químico que se utillice dependerá del fototipo de la piel del paciente, del resultado que busque y las necesidades específicas de su piel. La elección de un determinado principio activo u otro dependerá de la patología concreta a tratar.
Se utliliza para eliminar manchas cutáneas, daños por exposición solar, tabaquismo, cicatrices de acné, estrías y arrugas superficiales finas o moderadas.
Mejora el aspecto de cicatrices leves. Con un peeling químico facial se puede tratar la mayoría de los tipos de acné. Reduce manchas de la edad, pecas y manchas oscuras debido al embarazo o la toma de anticonceptivos.
En las áreas de daño solar, se pueden reducir las células precancerosas o queratosis que aparecen como manchas escamosas. Después del tratamiento, las nuevas lesiones son menos propensas a aparecer.
Proporciona una piel renovada, más lisa, luminosa, con menos imperfecciones, una mejoría visible de la tonalidad, textura, mayor firmeza por el efecto estimulador de la producción de fibras de colágeno y elastina. En definitiva, una piel regenerada y rejuvenecida.
Los efectos son visibles desde la primera sesión, aunque son recomendables varias sesiones espaciadas en tiempo para optimizar los resultados.
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